El TRX o entrenamiento en suspensión nació como entrenamiento militar de los Navy Seal de Estados Unidos que desarrollaron esta técnica para poder ejercitarse en cualquier lugar sin necesidad de pesas o aparatos. El TRX aprovecha el peso del propio cuerpo para ejercitar de manera completa la musculatura corporal. Desvelamos todos sus beneficios.

El TRX se basa en un sistema de cintas de nylon con empuñaduras que se anclan a un punto fijo (puede ser una puerta o un árbol) y que permiten hacer ejercicios en suspensión, usando el propio peso corporal. El equipo pesa menos de un kilo, por lo que permite que lo llevemos a cualquier parte o que nos ejercitemos fácilmente en casa.

Una de las principales ventajas del TRX es que hace trabajar a muchos músculos en un mismo ejercicio. Este tipo de entrenamiento mejora la flexibilidad y el equilibrio (al trabajar con un solo punto de apoyo) y refuerza la zona media del tronco, también conocida como core. Andar, correr, hablar, levantar peso, proteger la espalda… todo pasa por el core, por lo que potenciar y trabajar esta zona es muy beneficioso para nuestra rutina diaria. La serie de ejercicios que se practican con el TRX son también perfectos para tonificar el cuerpo.

A pesar de su origen militar, el entrenamiento TRX puede ser practicado por cualquiera que quiera ponerse en forma. La ventaja del TRX es que tú regulas la intensidad. Solo con inclinar más o menos el cuerpo puedes conseguir que el ejercicio sea más o menos intenso. Es una opción idónea para personas que tienen poco tiempo, ya que puede practicarse en cualquier momento y en cualquier lugar. Existen muchas rutinas y ejercicios que se pueden practicar en función de la zona que queramos desarrollar.

Además, el beneficio principal de trabajar con el propio peso corporal es que cada uno estamos físicamente preparados para levantar nuestro propio cuerpo y por lo tanto no existe el peligro de trabajar con un peso demasiado elevado o inadecuado para nuestras características físicas.