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El azúcar que esconden los alimentos para niños

17 julio 2017

El azúcar en nuestra dieta no es perjudicial en sí mismo, lo que es nocivo es el exceso de azúcares no naturales que pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud. En el caso de los niños, el abuso del azúcar está relacionado con un preocupante aumento de obesidad infantil y diabetes. Muchos alimentos procesados contienen más azúcar del que imaginamos.

Cuanto más azúcar contenga un alimento, más apetecible es para el niño. Sin embargo, son cada vez más los estudios que alertan de lo perjudicial que puede ser para la salud su abuso. La Organización Mundial de la Salud señala que los niños entre los 2 y 18 años deben ingerir diariamente menos de seis cucharaditas de azúcar añadida, lo que equivale a 25 gramos, mientras que los pequeños por debajo de dos años no deben consumir alimentos ni bebidas con azúcares añadidos. El problema es que muchos de los azúcares que los niños toman no pueden ser medidos en cucharaditas ya que corresponden a alimentos procesados como dulces y bollería, pero también hay muchos otros que aparentemente no contienen azúcar como salsas, panes, bebidas gaseosas, zumos, batidos, cereales e incluso el tomate frito.

Además del aumento de la obesidad infantil, los estudios han demostrado que los azúcares añadidos aumentan las posibilidades de sufrir enfermedades derivadas como cardiopatías, hipertensión y diabetes. Es prácticamente imposible tratar de desterrar de la dieta de un niño el exceso de azúcar que contienen estos alimentos, pero sí que podemos intentar reducir al máximo su consumo. No hay que olvidar que el azúcar adopta una gran variedad de nombres. En las etiquetas puede verse reflejado como sacarosa, fructosa o dextrosa. Leer las etiquetas de los productos y aprender a interpretarlas es un primer paso.

Es difícil educar el paladar de un niño acostumbrado a ciertos alimentos con sabor dulce, pero podemos sustituir el azúcar refinado por edulcorantes mínimamente procesados. Aunque son más saludables, tampoco conviene abusar de ellos. Las alternativas al azúcar pasan por comer alimentos naturales, especialmente frutas y zumos recién exprimidos donde no hay azúcares añadidos. La pasta, las legumbres y el arroz contribuyen el aporte de energía necesario para los niños. No se trata de criminalizar el consumo de azúcar, pero sí de reducir su consumo excesivo.

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