Muchos padres creemos que, por nuestra condición de adultos, ya lo sabemos todo. Es un grave error. Por fortuna, son muchas las lecciones que nuestros hijos pueden enseñarnos para seamos mejores personas.
En efecto, los niños cuya crianza es respetuosa con sus intereses y sus ritmos, se convierten en auténticos maestros de sus mayores. Nuestra misión será, entonces, permanecer receptivos a estos aprendizajes.
1) Vivir el presente. Los adultos solemos vivir preocupados por el futuro o apegados al pasado. Los niños, en cambio, viven un presente continuo. Como padres podemos poner en práctica esta enseñanza durante el tiempo que pasemos en familia, sin estar con la mente en otro sitio.
2) Ser sinceros y honestos. Nuestros chicos no saben mentir o engañar, a menos que se los críe rodeados de adultos que sí lo hagan. Tenemos, pues, por misión, imitar esa inocencia e integridad natural.
3) Actitud de «yo puedo» y creatividad. Seguro que tus hijos creen que pueden con todo y buscan siempre formas alternativas para resolver los problemas cotidianos que se les presentan. Si los copiamos podremos mejorar su crianza y hasta rendir más en nuestros trabajos.
4) Empatía. Ellos saben «ponerse en los zapatos del otro». Es una lección imperdible que, nosotros, los padres, podemos capitalizar en la vida personal y en el ámbito laboral.
5) Ser espontáneos. Los hijos no se anticipan a nada; viven improvisando y actuando espontáneamente. Mucho debemos aprender los mayores de esta cualidad.
6) Ser valientes siempre. Los niños no se paralizan ante el miedo; incluso con miedo, actúan. Es una de las mayores enseñanzas que podemos recibir de ellos.
Por último, no hay que olvidar que el ejemplo es el mejor aliado en la crianza de tus hijos. Teniendo esto presente, el éxito en la maternidad/paternidad está a tu alcance.
