La conservación de los complementos alimenticios es muy importante. Aunque no son medicamentos, poseen principios activos que ejercen una acción directa sobre muchas funciones fisiológicas del organismo, por ello no deben dejarse al alcance de los niños y han de conservarse en lugar adecuado según cada tipo de producto.
Si hablamos además de productos que no contienen conservantes, el envasado en blíster es lo ideal cuando se trata de cápsulas, comprimidos o grageas. Los frascos o botecitos con píldoras son poco higiénicos, sobre todo cuando contienen muchas unidades, pues son abiertos muchas veces. Las manos no siempre están limpias, y son demasiadas las posibilidades de que se cuelen bacterias, esporas, humedad y microorganismos que con seguridad alterarán el recubrimiento de los comprimidos penetrando hasta su interior, aunque la mayoría de las veces no podamos apreciarlo a simple vista.
El envasado en blíster garantiza el aislamiento total de cada una de las cápsulas o comprimidos, protegiéndoles de la humedad, polvo, olores, humo, esporas, bacterias, etc., hasta el mismo momento de ser ingeridos.