Seguro que más de un día te has levantado pensando en que tu rostro parece cansado, las ojeras acentuadas, y tu piel no brilla igual que siempre. Esto probablemente se debe a una serie de factores que se acumulan. Te contamos cuáles son y cómo ponerle remedio para lucir una piel brillante y un rostro de diez.
Parece un clásico, pero es la regla de oro para casi cualquier cosa. Dormir bien garantiza un cuerpo descansado y las células tienen tiempo de regenerarse. Los expertos recomiendan entre 7 y 9 horas diarias de descanso e intentar tener siempre los mismos horarios.
Otro clásico que nunca falla. La hidratación es clave en procesos de rejuvenecimiento facial y lo principal es beber mucha agua. Si te cuesta, prueba con las infusiones o con las botellas con infusores donde puedes colocar fruta dentro y el agua coge el sabor de la fruta.
Es muy importante lavarse bien la cara antes de dormir, especialmente si vas a aplicar alguna crema o producto después. Así que nada de utilizar solo toallitas desmaquillantes, un buen jabón facial con espuma será buena opción, junto con el agua micelar o la leche limpiadora.
Así como lavamos nuestra cara todos los días, es importante exfoliar el rostro al menos una vez por semana. Esto servirá para eliminar la piel muerta y estimular la renovación de la dermis, haciendo que nuestra piel se vea más brillante y tersa. Y por supuesto ayuda también a limpiar los poros.
Además de prevenir el envejecimiento, tu piel lucirá más radiante si la proteges de la radiación del sol. Lo principal es usar una crema que indique que protege contra la radiación UVA y UVB.
Eres lo que comes. Y si quieres que tu piel brille y tu rostro refleje ese brillo debes prestar atención a lo que comes. Empezando por evitar los alimentos ultraprocesados y los fritos y haciendo más uso de frutas y verduras, especialmente las que tienen alto contenido en licopenos y betacarotenos como la zanahoria o el tomate, o altos en antioxidantes como el cacao, el acai, las espinacas, los frutos rojos, o las bayas de goji, entre otros.
Esta potente vitamina aporta numerosos beneficios a nuestra piel, comenzando por potenciar la producción de colágeno, la neutralización de los radicales libres, y lo mejor es que ayuda a reducir los signos del envejecimiento de forma natural. Mejorando la textura de nuestra piel y dejándola más viva y tersa.
Estimular la circulación sanguínea es uno de los factores clave a la hora de prevenir los signos del envejecimiento, por ejemplo. Así que un masaje facial a la semana, quizás con un exfoliante y posteriormente con crema hidratante, puede venirte muy bien.
La relajación mental y el bienestar personal se refleja en nuestro rostro. Aunque no lo parezca, una persona nerviosa y cansada lo mostrará en su rostro, así que, practicar actividades como yoga te puede servir para tener un mejor aspecto y a sentirte mejor, tanto por fuera, como por dentro.
Parece algo que siempre se dice, pero es realmente importante. El tabaco hace que la piel no transpire bien, y eso se traduce en un rostro más cansado y desgastado, además de acentuar los signos de envejecimiento. Así que evita fumar y beber alcohol si quieres lucir un rostro radiante y luminoso.