Vinyasa, Bikram, Kundalin, Acroyoga, Aeroyoga e incluso nutriyoga. El yoga a secas hace tiempo que dejó el protagonismo a otras ramas de la popular disciplina. Según los objetivos que se quieran alcanzar, es recomendable decantarse por uno u otro tipo de yoga. ¿Cuáles son sus principales diferencias?
Aunque el objetivo es común a todos ellos (la unión del cuerpo con la mente), cada tipo de yoga incide más en algún aspecto concreto. No es lo mismo el que busca relajarse que quien quiere ganar flexibilidad, tonificar o mejorar su postura corporal. Según el tipo de yoga que practiques, fortalecerás unas zonas u otras o trabajarás más a nivel mental y espiritual.
Hatha yoga: es probablemente el más extendido en Occidente. Se utiliza el cuerpo como herramienta para llegar a la exploración de uno mismo. Trabaja las diferentes posturas o asanas con las que se gana fuerza muscular y flexibilidad, pero también se hace hincapié en coordinar la respiración. Es el ideal para los principiantes.
Bikram yoga: el objetivo de este tipo de yoga es calentar los músculos para desintoxicar el cuerpo a través del sudor. Se basa en una secuencia de 26 posturas del Hatha Yoga en una sala acondicionada a 40-42 grados y con un 40% de humedad. Se recomienda a personas que quieren perder peso. No es una disciplina fácil, por lo que se necesita cierto nivel físico y tolerancia al calor.
Kundalini Yoga: también conocido como el yoga de la conciencia. Este tipo de yoga combina asanas, respiración y relajación. Busca despertar el circuito de energía activando los 7 chacras que todos poseemos para prevenir y sanar dolencias físicas y emocionales. En este tipo de yoga se suelen utilizar cantos, mantras, velas e incienso. Sus principales ventajas son espirituales.
Vinyasa Yoga: es un yoga dinámico en el que se suceden las posturas creando un patrón específico en el que todo está conectado a través de la respiración rítmica, por lo que la fuerza y la energía se crea en el cuerpo. También se le conoce como Yoga Flow. El trabajo físico que se realiza es duro, por lo que requiere de fuerza, flexibilidad y gran capacidad de concentración. Perfecto para ponerse en forma.
Acroyoga: es la unión entre el yoga y las acrobacias. Se le llama también yoga acrobático y se practica en pareja. En este tipo de yoga se fomenta la concentración, el equilibrio y la confianza en las personas. Es importante la flexibilidad y la fuerza muscular, pero puede practicarlo cualquier persona, no es necesario tener unas condiciones físicas específicas previas.