Si eres una entusiasta del deporte, sabrás por experiencia propia que los sujetadores normales no son precisamente cómodos para su práctica. Por tanto, debemos elegir los modelos deportivos, aquellos que han sido especialmente diseñados para la práctica deportiva.
¿Qué debemos valorar a la hora de escogerlo? ¿Es suficiente con tener en cuenta la talla y el deporte en cuestión? Aquí te ofrecemos algunos consejos para que des en el clavo con tu elección.
Hacer ejercicio implica un aumento muy importante de la sudoración, por lo que te recomendamos que evites los sujetadores fabricados en algodón.
Este tejido es capaz de absorber una gran cantidad de humedad y por tanto, terminará por irritar la piel de nuestros pechos.
Te aconsejamos que recurras a tejidos de «secado rápido», conocidos por los expertos como «ClimaLite y ClimaCool«, para aumentar así la transpiración de tu piel.
Cuanto más grandes sean nuestros pechos, más anchas deberán ser las tiras del sujetador. De esta forma, podremos repartir entre una mayor superficie el peso de las mamas y no lo cargaremos todo en una zona demasiado pequeña.
La cinta elástica que va debajo del sujetador debe de ajustarse a la perfección, ya que sino puede llegar a provocar rozaduras o heridas muy molestas.
Lo único que acabarán por conseguir serán rozaduras, molestias y heridas, lo cual terminará por distraerte de la propia práctica deportiva.
Existen modelos más anchos con una mejor sujeción (de alto impacto) que están pensados para deportes de tipo aeróbico o bruscos (bailar, saltar…). En cambio, los de bajo impacto se diseñan para disciplinas como el yoga o el pilates y tienen unos tirantes más finos.
Es importante adaptar el tipo de sujetador al deporte que realicemos.