Correr con un bebé puede resultar, para muchas, una misión imposible. Sin embargo, no tiene por qué serlo. Una vez que conozcas las ventajas de hacer running con tu peque se convertirá en una experiencia de máximo bienestar al aire libre.
En efecto, para las amantes del deporte y la vida en contacto con la naturaleza como tú, la presencia de un bebé en casa no tiene por qué desorganizar las rutinas de entrenamiento ni las salidas a las que estás acostumbrada y que tanto bien hacen a tu cuerpo y mente. Eso sí: para combinar maternidad y ejercicio físico será conveniente que tomes nota de algunas recomendaciones para evitar riesgos innecesarios.
Los secretos para disfrutar el running de a dos y beneficiarse por partida doble
– Equipo adecuado. Así como toda corredora utiliza una indumentaria y un calzado especiales, tu hijo o hija necesitará contar con un carrito de bebé adecuado. ¿Qué significa? Que debe tener ruedas resistentes al impacto y el movimiento, con cierta suspensión que aminore el efecto rebote, por ejemplo, al atravesar baches en la calle.
– Circuito seguro. Procura correr por zonas llanas (sin demasiadas cuestas) y pavimentadas, ya que sobre el césped o la arena tu bebé no podrá moverse adecuadamente.
– Hidratación. Se recomienda llevar una botella pequeña de agua para tu peque y, si todavía toma pecho, suspender por unos minutos la rutina de entrenamiento para darle de mamar u ofrecerle su biberón.
Correr con tu bebé es ventajoso para ambos. Para ti, que das hasta lo que no tienes por salir a correr (porque el cuerpo lo pide a gritos, ¿verdad?), es una manera de no dejar de hacer lo que te apasiona. Y, en simultáneo, para tu peque es un aprendizaje valioso ya que, con tu ejemplo, y en la práctica, le estarás transmitiendo el amor por el ejercicio y lo saludable.