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¿Cómo identificar el bullying en la escuela?

12 diciembre 2019

El colegio, el instituto, cualquier sitio de ocio e incluso internet, deberían ser para los niños lugares donde aprender, divertirse y sociabilizar. No obstante, no siempre es así y hay veces que para el menor estos lugares pueden convertirse en un peligro.

¿Qué es el bullying?

Durante la etapa de la niñez todos los niños pelean, se enfadan e incluso se insultan. Estas conductas negativas no deben quedar impunes bajo ningún concepto, pero tampoco debemos confundirlas con el bullying,

Para que podamos hablar de bullying debe producirse un acoso continuado en el tiempo de un niño hacia otro. Este acoso va más allá de una pelea puntual, puesto que, por lo general, el agresor tiene un comportamiento provocador e intimidante de forma permanente.

Según los últimos datos del INJUVE, en España el 1,6% de los niños sufren bullying de forma continuada y un 5,7% lo experimenta de forma esporádica. Es debido a este dato que cada vez a más familias, docentes e instituciones se preocupan por detectar este comportamiento a tiempo.

¿Cómo detectar el bullying?

Para un niño, sufrir acoso escolar puede tener graves consecuencias, tales como la depresión, la violencia, el fracaso escolar e incluso en el peor de los casos, el suicidio.

Por eso es tan importante la prevención desde las aulas, tratando el tema de manera natural y de forma frecuente. Es necesario que los niños sepan que esa conducta está mal, así como las consecuencias tanto de hacerlo como de sufrirlo.

Como padres, debemos estar pendientes del menor y del comportamiento de este, dedicarles todo el tiempo que necesiten, hablar con ellos y preguntarles cómo están. Debemos conseguir ser un pilar fundamental de confianza para ellos. Además, debemos observar sus actitudes de forma exhaustiva, puesto que,si se detecta alguno de los siguientes comportamientos, es probable que nuestro hijo esté sufriendo bullying.

– El niño evita lugares a los que antes acudía sin problemas.

-Se hace el enfermo con frecuencia para no enfrentarse a la situación.

 Su actitud cambia de forma drástica, cada vez se vuelve más introvertido o más agresivo.

No está concentrado.

– Se le observa triste y llora con más frecuencia de lo habitual.

Se le perciben lesiones que intenta ocultar.

-Sus calificaciones bajan y se detecta cierta tendencia al abandono escolar.

 Presenta trastornos en sus hábitos como el sueño o la comida.

¿Cómo actuar si nuestro hijo sufre bullying?

Si definitivamente detectamos que nuestro hijo está sufriendo un caso de acoso escolar, lo primero que debemos hacer es no culpabilizarnos ni a nosotros ni a él. El niño debe sentirse seguro en casa y para ello es importante que perciba un clima de confianza y calma, donde pueda desahogarse y se atreva a contar lo que le pasa.

El siguiente paso imprescindible será hablar con el colegio, ya que es posible que esta situación haya pasado desapercibida a compañeros y profesores. Allí encontrarás ayuda de especialistas que tomarán medidas y te proporcionarán pautas para ponerle fin a la situación de acoso.

Por un lado, es importante fomentar las habilidades sociales del menor y proporcionarle recursos no solo para defenderse, sino para mostrarse más seguro frente a la situación y de esta forma poder también evitar situaciones futuras. El niño debe aprender a ser asertivo, a ser capaz de expresar lo que piensa y lo que quiere, sin imponerlo a los demás, pero sabiendo que su opinión es igual de válida que la de los demás.

Por otro lado, debe aprender a ignorar al agresor, no mostrar debilidad ante este enfadándose o llorando, sino respondiendo con firmeza y tranquilidad.

Además, con el continuo crecimiento de las nuevas tecnologías y las redes sociales, el cyberbullying se une al tradicional acoso escolar, incrementando el peligro a que los niños lo sufran. Es muy importante que controlemos el uso que nuestros hijos hacen de internet y en concreto del teléfono móvil, cómo, cuándo y con quién se relacionan.

Recuerda, que como sucede con la mayoría de los problemas, la comunicación es siempre la mejor solución. En el caso del bullying, la comunicación es la base para la prevención, la detección y la erradicación.

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